EL CLIENTELISMO NO SÓLO ES POLÍTICO
Nació hace 59 años del otro lado del Río de la Plata, pero hace más de dos décadas que vive en Buenos Aires. Debutó como relator el mismo día que Diego Maradona estrenaba la camiseta de Boca y se ganó el respeto de la gente después de aquel relato del gol del Barrilete cósmico (como lo bautizó él a Maradona) a los ingleses en el Mundial de 1986. Su larga trayectoria, no sólo como relator de fútbol, sino también como periodista independiente, escritor y amante de la música clásica, lo llevó a ganarse el derecho de ser llamado Víctor Hugo a secas, como una marca registrada.
Usted relató alrededor de 3000 partidos de fútbol, ¿hay alguno que haya quedado registrado en su memoria como el mejor?
- No existe la posibilidad de distinguir uno en especial porque yo no me baso en la cantidad de goles para calificar a un partido de bueno o de malo. Igual, creo que el último partido que viví, sufrí y gocé fue el de Argentina-Brasil en el Mundial del 90.
En el momento de gritar un gol, ¿hay veces donde los sentimientos pueden más que el relator?
- Me pasó sólo dos veces y en el mismo Mundial. Uruguay había perdido con Dinamarca y se quedaba afuera del campeonato, me acuerdo que alrededor de 20 minutos relaté ese partido llorando lentamente, con mucha tristeza. La otra situación, y quizás la más recordada, fue cuando Maradona le hizo ese extraordinario gol a los ingleses. Fue un ataque de locura para mi, sentí como si me hubiesen enchufado. Lloré y me emocioné tanto que mirándolo a la distancia siento un poco de vergüenza por mi reacción.
¿ Nunca siente que tira más para un equipo que para el otro?
- Sí, muchas veces pero porque me provoca simpatía su dirigente, su técnico o algún jugador.
¿Por ejemplo?
- Donde jugase Diego yo quería que su equipo ganase. Ahora, quizás, me pasa un poco con Velez. Me gusta que le vaya bien porque es el único club de fútbol que contempla mis expectativas de lo que espero en general de los dirigentes y del espectáculo del juego. Bastaría que se vaya Raúl Gámez y que venga alguien que me cae mal para desear que salga último en el torneo.
¿Qué significa el fútbol para usted, pasión o trabajo?
- El fútbol para mi nunca fue pasión estrictamente. La radio, el relato y el periodismo sí. He llegado a una etapa de mi vida que, por suerte, elijo los partidos que relato (clásicos, los del puntero del campeonato y los de la Selección) y el nivel de excitación que esos partidos me provocan me salvan.
¿ De qué lo salvan?
- De no caer en lo rutinario, más ahora que el espectáculo que ofrece el fútbol generalmente es pésimo. Por eso prefiero ir a ver Roland Garros o al Open de Estados Unidos que un Mundial.
¿ Dónde se siente más cómodo, en la radio o en el televisión?
- Lo importante no es el medio sino el mensaje. Lo que más me gusta es escribir, desde mis columnas hasta libros, porque me mortifica mucho que en la radio y en la televisión uno nunca consigue sacar totalmente el discurso que siente. En cambio, cuando escribo en la búsqueda de la prolijidad y de las palabras me puedo expresar mejor.
¿ Cómo ve a los medios de comunicación ahora a diferencia de cuando usted llegó?
- Los multimedios han hecho un daño muy grande. Antes había muchas ofertas de trabajo y más libertad. La acumulación del poder en radio, televisión y diario termina perjudicando al periodista porque hay otos intereses.
¿ Cómo cuáles?
- Avanzar sobre el negocio del fútbol lleva a algunos medios, como por ejemplo el Grupo Clarín, a que haya cosas que no se puedan atacar. Defender a Julio Grondona es una forma de defender a quien les cedió el negocio. Así se pierde buena porción de la libertad y del criterio propio.
Pero usted, ¿mira televisión o escucha la radio?
- No me dan los tiempos, además nunca me entretuvo la tele. Habiendo tantos cines, teatros y conciertos jamás perdería mi tiempo frente a una pantalla.
Jazmín Vaudagna
martes, 6 de noviembre de 2007
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